La educación completa de hoy no sería posible sin los libros de
texto. Esta es la idea principal que quieren defender desde la Unesco y
que apoyan con un estudio al respecto.
Los libros de texto, señalan, no sólo transmiten conocimiento, sino también valores sociales y una mayor comprensión de la historia y del mundo. Siguen siendo una fuente de autoridad, siempre y cuando se basen en los últimos descubrimientos científicos, la mayor objetividad y demuestren práctica pedagógica. En algunos lugares del planeta, además, los libros de texto son los primeros y a veces los únicos libros que un joven llega a leer.
A pesar de todo, en muchos países estos libros no tratan aún de manera clara y justa conceptos cruciales para la cohesión social, la estabilidad política y el futuro del planeta, como la igualdad de género, los derechos humanos, la protección del medio ambiente o la diversidad cultural. Algo que deberían revisar sus gobiernos.
El enfoque del mencionado estudio busca señalar si se abordan estos temas, así como indicar si los libros de texto están o no relacionados principalmente con la implementación de políticas concretas y las intenciones curriculares, junto con la preparación de los maestros y la evaluación de los estudiantes.
Los datos del informe muestran que el porcentaje de libros de texto que mencionan los derechos humanos aumentó del 28% al 50% entre 1970-1979 y 2000-2011, con el mayor aumento registrado en el África subsahariana. Por el contrario, la cobertura de este tema fue más baja en el norte de África y en Asia occidental, con un 36% entre 2000 y 2011, frente al 14% del período anterior.
Entre 2000 y 2011, sólo el 9% de los libros de texto trataron los derechos de las personas con discapacidad, frente a un muy bajo nivel del 2% en el período 1970-79. Lo que llama la atención es que en Inglaterra, Irán, Sudáfrica y España las personas con discapacidad casi no aparecen en las páginas de los libros de texto, perpetuando su invisibilidad y desventaja.
Muchos gobiernos simplemente no se dan cuenta de lo incompletos que son sus libros de texto, sobre todo en relación a la nueva visión para el desarrollo sostenible que los países adoptaron en las Naciones Unidas en septiembre de 2015. Las revisiones de libros de texto se suelen dar cada 5 ó 10 años de media global, y muy a menudo se trata de revisiones de contenido leves.
En general, no obstante, se percibe que ha aumentado el interés social por la educación en diversidad cultural, para enseñar respeto a dicha diversidad y para potenciar la visibilidad de las minorías y los grupos desfavorecidos. Sin embargo, el estudio demuestra que la cobertura de la diversidad en los libros de texto sigue siendo desigual. De hecho, la mención de los derechos de los grupos étnicos, culturales, religiosos y lingüísticos ha aumentado: del 13% entre 1970 y 1979 al 28% entre 2000 y 2011.
La cobertura de los derechos de inmigrantes y refugiados, por el contrario, aumentó constantemente de 1% a 14% entre 1970-1979 y 1990-1999, pero no ha avanzado más en el período 2000-2011. Algunos libros de texto todavía señalan estereotipos frecuentes sobre migración e inmigrantes.
En Austria, por ejemplo, la migración y la diversidad se describieron como problemas en 22 libros de texto en uso de geografía e historia de la escuela secundaria entre 2011 y 2013. Del mismo modo, en Francia también se reveló un patrón de estereotipos negativos sobre los inmigrantes en 29 libros de texto de primaria y secundaria sobre diferentes temas a partir de 2007.
La mayoría de las imágenes de las minorías raciales los representaban como personas pobres o que vivían en condiciones difíciles junto a algunas insinuaciones insidiosas. Además de la falta de diversidad, algunos libros de texto han sido criticados por sus interpretaciones estereotipadas y simplistas de las minorías étnicas, culturales, religiosas y lingüísticas.
Con tantos asuntos que mejorar, el informe insta a los gobiernos y a los responsables de la edición de libros de texto a que los revisen tan pronto como se hayan reformado los planes de estudio, para satisfacer las necesidades de un nuevo programa de desarrollo más sostenible. Las directrices explícitamente relacionadas con las cuestiones ambientales o la ciudadanía global, el desarrollo sostenible, los derechos humanos y la igualdad de género deben integrarse en los procesos de revisión de dichos libros de texto. En el caso de temas como el medio ambiente o el cambio climático, hay datos científicamente exactos del desafío a nivel global y se pueden incluir menciones específicas al respecto.
A raíz de esta necesidad, han surgido iniciativas como la que se lleva a cabo en el Reino Unido: The Textbook Challenge, una campaña en la que se pide que todos los niños tengan acceso a un libro de texto de las principales materias educativas.
En general, el mensaje sobre la importancia de los libros de texto trata de aumentar la conciencia del valor que aportan en la formación total de los niños y, por tanto, en el futuro del planeta. Una concienciación en la que todos debemos estar implicados.
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Los libros de texto, señalan, no sólo transmiten conocimiento, sino también valores sociales y una mayor comprensión de la historia y del mundo. Siguen siendo una fuente de autoridad, siempre y cuando se basen en los últimos descubrimientos científicos, la mayor objetividad y demuestren práctica pedagógica. En algunos lugares del planeta, además, los libros de texto son los primeros y a veces los únicos libros que un joven llega a leer.
A pesar de todo, en muchos países estos libros no tratan aún de manera clara y justa conceptos cruciales para la cohesión social, la estabilidad política y el futuro del planeta, como la igualdad de género, los derechos humanos, la protección del medio ambiente o la diversidad cultural. Algo que deberían revisar sus gobiernos.
El enfoque del mencionado estudio busca señalar si se abordan estos temas, así como indicar si los libros de texto están o no relacionados principalmente con la implementación de políticas concretas y las intenciones curriculares, junto con la preparación de los maestros y la evaluación de los estudiantes.
Los datos del informe muestran que el porcentaje de libros de texto que mencionan los derechos humanos aumentó del 28% al 50% entre 1970-1979 y 2000-2011, con el mayor aumento registrado en el África subsahariana. Por el contrario, la cobertura de este tema fue más baja en el norte de África y en Asia occidental, con un 36% entre 2000 y 2011, frente al 14% del período anterior.
Entre 2000 y 2011, sólo el 9% de los libros de texto trataron los derechos de las personas con discapacidad, frente a un muy bajo nivel del 2% en el período 1970-79. Lo que llama la atención es que en Inglaterra, Irán, Sudáfrica y España las personas con discapacidad casi no aparecen en las páginas de los libros de texto, perpetuando su invisibilidad y desventaja.
Muchos gobiernos simplemente no se dan cuenta de lo incompletos que son sus libros de texto, sobre todo en relación a la nueva visión para el desarrollo sostenible que los países adoptaron en las Naciones Unidas en septiembre de 2015. Las revisiones de libros de texto se suelen dar cada 5 ó 10 años de media global, y muy a menudo se trata de revisiones de contenido leves.
En general, no obstante, se percibe que ha aumentado el interés social por la educación en diversidad cultural, para enseñar respeto a dicha diversidad y para potenciar la visibilidad de las minorías y los grupos desfavorecidos. Sin embargo, el estudio demuestra que la cobertura de la diversidad en los libros de texto sigue siendo desigual. De hecho, la mención de los derechos de los grupos étnicos, culturales, religiosos y lingüísticos ha aumentado: del 13% entre 1970 y 1979 al 28% entre 2000 y 2011.
La cobertura de los derechos de inmigrantes y refugiados, por el contrario, aumentó constantemente de 1% a 14% entre 1970-1979 y 1990-1999, pero no ha avanzado más en el período 2000-2011. Algunos libros de texto todavía señalan estereotipos frecuentes sobre migración e inmigrantes.
En Austria, por ejemplo, la migración y la diversidad se describieron como problemas en 22 libros de texto en uso de geografía e historia de la escuela secundaria entre 2011 y 2013. Del mismo modo, en Francia también se reveló un patrón de estereotipos negativos sobre los inmigrantes en 29 libros de texto de primaria y secundaria sobre diferentes temas a partir de 2007.
La mayoría de las imágenes de las minorías raciales los representaban como personas pobres o que vivían en condiciones difíciles junto a algunas insinuaciones insidiosas. Además de la falta de diversidad, algunos libros de texto han sido criticados por sus interpretaciones estereotipadas y simplistas de las minorías étnicas, culturales, religiosas y lingüísticas.
Con tantos asuntos que mejorar, el informe insta a los gobiernos y a los responsables de la edición de libros de texto a que los revisen tan pronto como se hayan reformado los planes de estudio, para satisfacer las necesidades de un nuevo programa de desarrollo más sostenible. Las directrices explícitamente relacionadas con las cuestiones ambientales o la ciudadanía global, el desarrollo sostenible, los derechos humanos y la igualdad de género deben integrarse en los procesos de revisión de dichos libros de texto. En el caso de temas como el medio ambiente o el cambio climático, hay datos científicamente exactos del desafío a nivel global y se pueden incluir menciones específicas al respecto.
A raíz de esta necesidad, han surgido iniciativas como la que se lleva a cabo en el Reino Unido: The Textbook Challenge, una campaña en la que se pide que todos los niños tengan acceso a un libro de texto de las principales materias educativas.
En general, el mensaje sobre la importancia de los libros de texto trata de aumentar la conciencia del valor que aportan en la formación total de los niños y, por tanto, en el futuro del planeta. Una concienciación en la que todos debemos estar implicados.
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