¡Hola a todos! Os voy a contar cómo fue mi primera experiencia como jugadora de pádel profesional, que tuve ocasión de vivir hace unas semanas. Llevaba tiempo intentando jugar. Estuve dos años tratando de convencer a Vanesa Zamora, una ex jugadora, para hacerlo, pero por problemas de espalda no pudo jugar. Finalmente, este año lo he conseguido. Hablé con Sara Errani, a la que enseguida le pareció una buena idea, y nos lanzamos a la aventura de jugar nuestra primera prueba profesional en el Valencia Master, que es también el torneo de casa.
La organización del World Padel Tour nos concedió una invitación para participar en la fase previa e intentamos aprovecharla al máximo. La realidad es que la experiencia fue muy bonita, pero demasiado corta. Jugamos dos partidos prácticamente en 12 horas. Conseguimos superar el primero y perdimos el segundo teniendo bolas de set para ganar el segundo parcial y empatar el cruce. Nos quedamos un poco decepcionadas porque tuvimos opciones de disputar un tercer set y quizás la posibilidad de haber ganado, pero no pudimos lograrlo. Haciendo un balance global, lo tengo claro: repetiría, sin lugar a dudas.
Soy una aficionada confesa al pádel. Muchas veces, cuando estoy de viaje jugando torneos de tenis por el mundo, sigo los partidos a través del streaming. También aprovecho mis ratos libres para jugar con mis amigos o con otros jugadores. He tenido la oportunidad de compartir pista con grandes campeones, pero nunca había jugado partidos de competición, siempre había entrenado. Y la verdad es que hay mucha diferencia.
¿Dónde lo noté? Os pongo un ejemplo. En el segundo partido, nos dimos cuenta que la gran diferencia que hubo durante el encuentro fue que cuando perdíamos la red nuestras defensas en la pared eran prácticamente nulas. Sin embargo, las rivales consiguieron ganar varios puntos ayudándose de las paredes. Aunque sean dos deportes de raqueta, tenis y pádel son bastante distintos. Y ahora lo sé mejor que nunca.
Por resumirlo en tres aspectos, lo que cambia son los espacios, las dimensiones de la pista y las paredes. Me he dado cuenta que un jugador de tenis ve las paredes como a un enemigo y un jugador de pádel las encuentra completamente necesarias en algunos momentos. En Valencia he tenido la ocasión de ver mucho más pádel y he podido ver mas pádel femenino que en otras ocasiones. Y he observado cómo las jugadoras usan mucho las paredes para ralentizar el juego y evitan el botepronto. Un tenista es prácticamente lo que hace, botepronto y a la red para evitar las paredes. Mi tarea a mejorar está clara: entenderme mejor con las paredes, conseguir que sean como mis amigas.
Mucha gente me pregunta que si me gustaría dedicarme al pádel de forma profesional ya he practicado en teambuilding barcelona cuando deje de jugar a tenis, más aún después de la experiencia de Valencia. Os voy a ser completamente sincera: lo he estado pensando. Hay veces en las que me animo y otras en las que no lo tengo tan claro. Es algo que decidiré cuando deje de jugar a tenis. Obviamente, si me dedico a jugar a pádel quiero estar lo mejor posible e intentar estar arriba. Para ello voy a necesitar entrenar y estar bien físicamente. Después de dejar la alta competición tras tanto tiempo no sé si estoy preparada mentalmente para eso. Otra cosa es jugar de forma casual o por diversión, algo que voy a continuar haciendo seguro. Ya veremos qué pasa en el futuro, por ahora voy a seguir divirtiéndome con un deporte que me encanta.
Comentarios
Publicar un comentario