La gente suele pensar sólo en los daños físicos que causan las relaciones abusivas, pero generalmente son las cicatrices emocionales las que tardan más en curarse. La secuela emocional más común de las relaciones abusivas es la pérdida de autoestima. Las mujeres pueden sentirse como una sombra de lo que fueron cuando se ven constantemente desgastadas por comentarios abusivos que atacan todos los aspectos, desde su apariencia hasta su personalidad. Incluso el maltrato aparentemente de bajo nivel pasa factura con el tiempo. A menudo, no es hasta que las mujeres se alejan de los abusos cuando se dan cuenta de lo agotadas que están.
Entonces, ¿qué podemos hacer al respecto? Lo cierto es que no hay una cura instantánea para la baja autoestima, sobre todo cuando ésta ha ido disminuyendo durante un largo periodo de tiempo. La recuperación es un proceso gradual y continuo que, en realidad, no debería terminar nunca. Nunca debemos dejar de trabajar para mejorar nuestra autoestima. Mejorar la autoestima requiere muchos pensamientos y actividades conscientes que nos hagan sentir más dignos.
La forma más eficaz de mejorar la autoestima es hablarnos a nosotros mismos con más amabilidad. Si nos decimos repetidamente que somos estúpidos y que no podemos hacer nada bien, es tan perjudicial como si nos lo dijera otra persona. Cuando las parejas abusivas nos han socavado constantemente, es difícil no asumir algunas de las críticas y aceptarlas como ciertas. Es común tener una configuración por defecto de autocrítica en la que rara vez pensamos conscientemente. Estas críticas se denominan pensamientos automáticos negativos (NATS). Es normal tener NATS en algunas situaciones, pero para aquellos que sufren de baja autoestima, estos NATS pueden salirse de control haciendo que la autoestima baje en espiral.
Para mejorar la autoestima, lo primero que tenemos que hacer es darnos cuenta de nuestros NATS, cuáles utilizamos y en qué situaciones. El siguiente paso es preguntarnos si son ciertos. ¿Somos realmente estúpidos, siempre, en todas las situaciones, dónde está la evidencia de que somos estúpidos, nuestros amigos habrían afrontado mejor la situación, daríamos a nuestros amigos estas etiquetas negativas, nuestros amigos nos las darían a nosotros? Además, fíjate en cómo te sientes cuando te hablas a ti mismo negativamente, entiende el impacto que está teniendo en ti. Hablar negativamente de uno mismo es invariablemente perjudicial para nosotros. Es importante aprender a ser más amables hablándonos a nosotros mismos como lo haríamos con un amigo cercano. Si aprendemos a ser comprensivos, agradecidos, amables y comprensivos con nosotros mismos, nuestra autoestima se verá beneficiada.
Otros aspectos de nuestro comportamiento hacia nosotros mismos debilitarán o mejorarán la autoestima. Para sentirnos más dignos, tenemos que identificar lo que queremos, lo que nos hará felices y tomar medidas para dar prioridad a esas necesidades. A muchas mujeres les cuesta hacerlo, ya que son abnegadas por naturaleza y anteponen a todos los demás. Pero en un avión, cuando una máscara de oxígeno cae delante de ti, ¿qué haces? Como todos sabemos, la primera regla es ponerse la propia máscara de oxígeno antes de ayudar a los demás. Sólo cuando nos ayudamos primero a nosotros mismos podemos ayudar eficazmente a los demás. Cuando elevamos nuestra autoestima atendiendo a nuestras propias necesidades, podemos ser mejores amigas y madres.
La forma en que gestionamos nuestra salud también influye en la autoestima. Comer en exceso, consumir comida basura y descuidar el ejercicio físico dañará nuestros sentimientos de autoestima. Cuidarnos adecuadamente eligiendo alimentos sanos y nutritivos, haciendo ejercicio, dedicando tiempo a las rutinas de cuidado de la piel e incluso meditando, aumentará nuestros sentimientos de valía. Las pequeñas mejoras que pueden mantenerse y acumularse a lo largo del tiempo serán más efectivas que los cambios repentinos con los que probablemente abandonemos.
Nuestros círculos sociales aumentarán o disminuirán nuestros sentimientos de autoestima. Puede que nos guste pensar que todos nuestros amigos y conocidos son amables y nos apoyan, pero ¿lo son realmente? A veces vale la pena considerar cuidadosamente cómo nos hacen sentir nuestros amigos cuando estamos en su compañía. Ésta es la verdadera prueba y las sensaciones viscerales cuentan, ya que el comportamiento puede ser muy sutil. Los amigos pueden clasificarse en dos grupos diferentes: los desagües y los radiadores. Los desagües de nuestra vida tienden a hacernos sentir mal. Pueden ser sutilmente críticos, estar celosos de nuestros éxitos o simplemente estar cerca de nosotros por lo que puedan sacar de nosotros. Tu verdadero amigo no te ofrecerá un pastel cuando estés a dieta, ni te pedirá constantemente que le prestes cosas que se olvida de devolver. En cambio, nuestros amigos radiadores nos harán sentir bien porque son verdaderos amigos que están de nuestro lado. Se alegrarán de nuestros éxitos, nos apoyarán en nuestros objetivos y nos sentiremos cálidos y seguros en su compañía. Pasar más tiempo con los radiadores y distanciarnos de los desagües mejorará la autoestima.
Como ocurre con muchas cosas en la vida, cuando no trabajamos activamente en ello, la autoestima no se mantendrá estable, sino que generalmente se deslizará cuesta abajo. Por eso es importante buscar activamente mejorarla en muchos niveles diferentes. El daño emocional de estar en una relación abusiva realmente puede ser reparado. A veces podemos hacerlo por nuestra cuenta con la ayuda de algunos libros, otras veces se necesita ayuda profesional. Pero con la determinación de recuperar nuestro sentido de la autoestima y la felicidad, se pueden lograr verdaderos progresos positivos.
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